Como flor universal.
Crece ajena sin saber
Que idolatran su belleza,
Esa espiral de pétalos
impregnados
De un aroma
singular,
Ensalzándola su
tallo traicionero
Que no se deja
avasallar
Y con espinas se defiende
Cuando
la van a matar.
¡Dejadla aduladores
Que se luzca en su
jardín!
Que el hombre busque el rojo
En los labios de su amante.
Que el amigo busque el gualdo
En los rayos del sol
naciente.
Que el niño busque el blanco
En las nubes de algodón.
¡Dejad la rosa vivir
Y morir en paz con su
encanto!