glamour_es@hotmail.com

jueves, 18 de agosto de 2011

LA HISTORIA DE DOS LÁGRIMAS


“Para pulir el dolor
Siempre será lo mejor
La lima lenta del tiempo.”

Atanasio López Pascual

Hola corazón.

Permíteme que una vez más después de mucho tiempo juegue con las letras, palabras, versos… en definitiva, como digo yo, marear el diccionario buscando la mejor manera de decirte que te echo de menos, que sigo estando aquí en “mi rincón”, en la soledad de mis noches, en ese silencio que a veces me grita desde el interior vociferando tu nombre. Ahora, un cúmulo de recuerdos me arrulla, dispersándose a mi alrededor como el polen en primavera que se deja llevar sin elegir destino, con la diferencia de que tu recuerdo siempre tiene el mismo destino.

Hoy, ahora, este momento es uno de tantos en que necesito hablar, pero con la boca cerrada y el corazón abierto, aunque no tengo más amante que me escuche que este ordenador que pacientemente se presta y se deja manipular y es, a la vez, chivato de mis mensajes.
Tú tan lejos, y tu corazón tan cerca, tenéis la virtud de hacer tambalear mis lágrimas que, a veces, incluso secas mojan mi alma.

El día está nublado. Parece que el sol se resiste a dar la cara y desplegar sus desorbitados rayos, mientras yo intento descifrar tantos enigmas que rodean el halo de mi existencia. Pero hay otra clase de neblina que me impide descifrarlos (y no es precisamente la que observo a través de la ventana en este momento), que bloquea ese camino perdido entre malas hierbas que fueron germinando en el tiempo, cuando mi cometido era hacer un camino digno y pienso que lo hice, pero la herida de mis huellas mal curadas empañan su pureza. Pero no me resisto a encontrar esa morada, esa hoguera que de vez en cuando haga saltar la chispa aunque me queme, ese perfume que me azote de vez en cuando haciéndome reaccionar, sobre todo recordándome que estoy “viva“, que toda lucha tiene un por qué y por quién, pero aún sabiendo el significado de ello, no llego a entender el “para qué”. Siempre tengo presente la siguiente cita de Tagore: “Si de noche lloras por ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”. Pues, aún así, comprendiendo el significado, soy tan obtusa que me limito a buscar el sol donde no está, mientras quizás tengo un manto de estrellas bajo mis pies y no me molesto en bajar la cabeza para mirarlas.

Sé que vivo colgada de un sueño que me balancea a su merced, como a una marioneta que, desnuda, intenta ahogar su vergüenza buscando las vestiduras apropiadas en el escaparate de otro mundo, donde la risa se cultive en campos libres, donde el amor brote sin miedo de herir la tierra ajena, donde los besos sepan a todo, donde cada lágrima lleve un verso escrito con la tinta de la paz, donde la soledad simplemente sea un pretérito. Intento y, de hecho, invoco a Morfeo para que ayudado por Eolo me traigan la renovación que me aporte la serenidad necesaria. Ya ves, una vez más recurro a los dioses mitológicos pero sin olvidarme del Dios universal. ÉL es quien lleva el peso de mi existencia que, absorta en este quehacer diario, me subyuga a ir abriendo puertas sin pensar qué habrá detrás de cada una de ellas. La puerta de nuestro amor está blindada por las bisagras de lo imposible. He roto mis uñas arañando ese barniz que la cubre y ¿sabes una cosa? Es curioso, en vez de mis uñas sangra mi corazón, pero aquí sigo en el portal de la esperanza, “Diosa de la paciencia“. Sé que estamos hechos de material sensible pero auténtico, y eso es importante aunque pocos lo valoren.

Recuerda siempre que de cada error se aprende y en cada victoria se crece.

Ya ves, mi sexto sentido me ha fallado, ¿sabes? Tenía el presentimiento de que tras de mí un soplo de vida arrullaba mi nuca empapándome con el elixir de tu deseo, mientras mi corazón se iba acelerando buscando el compás de tu regazo.
Qué ingenuo es el amor. Aún sabiendo que es otro el espejo en que te miras, sigo soñando con los ojos abiertos, con ese claro anochecer en brazos… de la luna…
A pesar de no tenerte, pienso “que no hay cielo que condense tal maravilla”.

Soñar, soñar, soñar. Cuántos misterios encierran esa palabra. Algún día todo el tiempo se convertirá en un instante, y a nadie le importará si conocimos el amor, pero yo, mirándote a los ojos, te diré: “El silencio es un grito de paz donde sólo habla la mirada”.
Pero ahora, abiertamente te digo “Te quiero” porque la palabra es la esencia de la comunicación humana, auténtica diosa acústica, regalo sensual del que incluso nuestras pupilas transmiten su vibrar cuando, recostadas sobre un folio, juegan atrevidas diversas conjunciones. Así es la palabra, cuando la abraza el sentimiento.

Se hacen eternas las madrugadas cuando, clavando las pupilas en el mañana, simplemente ves una niebla que te ciega. Por eso no quiero espejos donde mirar mi rostro y acicalar el perfil, quiero mirarme en tus ojos y después… dejar de existir.

P.D. Mis días se quedarán anclados en un sinfín de preguntas.


“El hombre llega más lejos
Para evitar lo que teme
Que para alcanzar lo que desea."

Sefardí

La historia de dos lágrimas, publicada en:
ANTOLOGÍA "BESOS DE ACÍBAR Y MIEL". VI CERTAMEN DE POEMAS Y CARTAS DE AMOR RUMAYQUIYA. SEVILLA.
COLECCIÓN RUMAYQUIYA, Nº 11. FEBRERO DE 2011.
EDITA: ASOCIACIÓN ARTÍSTICO LITERARIA ITIMAD.
ISBN: 978-84-614-6303-9
DEPÓSITO LEGAL: SE-164-2011
Narrativa (carta), páginas 38-40

1 comentario:

H.EDUARDO dijo...

ROSA, DE LO MEJOR QUE HE LEIDO ,COMO ESTAR CERCA Y FELCITARTE REGALONIARTE CON UN CHOCOLATE JAJJAJA ,PARA QUE SIGAS EN ESTO PUES LO HACES SUPER , UNA VEZ MAS ESPERARE COSAS ASI DE BUENAS , ERES Y SERAS LA MEJOR.
HASTA PRONTO GUAPA.
BESOSSSS.
H.EDUARDO.