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martes, 6 de enero de 2009

DESNUDANDO LA COBARDÍA

Soy un mundo más
en el universo

que rota
en dirección contraria.

Alzo mi voz a la vez que me rebelo a danzar al son de la injusticia que a dentelladas va devorando esperanzas.
Sin duda el sistema va dando pasos muy lentos frente a esos audaces que ríen su victoria lapidando quimeras.

Desde este pequeño rincón del universo lanzo un grito desde mi lecho, que enjugo de lágrimas y tormento en cada palmo de soledad con que voy midiendo mi destino.
Unos hechos, una palabra, y unos versos que imprimidos en un explícito diario, hicieron sonar mi alarma.
Él, frío y distante inventa señuelos con los que intenta atravesar una muralla que yo me he atrevido a construir con los planos del desamor, la desconfianza, el miedo, y que van arañando mi alma en un callejón sin salida asfaltado de silencio.

Siento cómo me muerde el principio de un triste final.

Busco en cada sombra una razón que me convenza, o dos, o tres, y esta se escabulle entre tinieblas desviando mi atención hacia un paraíso sin nombre.
Escudriño cada átomo que entra en mi alcoba, y le pregunto de dónde viene, porque no quiero de Él ni un sorbo de aire, ni una brizna de lástima, ni tan siquiera uno de esos versos que dicen “lo siento” ¿para qué?.
La ansiedad fruto de la cobardía, el miedo y la impotencia me han enseñado a llenar mis puños de valentía y llamando a la puerta del futuro subir a ese pedestal que es “la vida” y que nadie tiene derecho a destruir.
Voy pisando la vida con cautela, donde para mí cada amanecer es una victoria y alzo mi bandera cuando me acerco a mi hijo y escucho su silencioso sueño que está por concluir, cuando me miro al espejo y descubro que un nuevo surco comienza a rodear mis pómulos, cuando mis hijos despojan mi tristeza con esos escuetos pero sinceros halagos.

Hoy me ciega el Sol, y mañana ¿lo hará la tierra?

¿Vendrá la brisa con esas dagas que empuñadas por un cobarde bailan al son de la muerte?
Me resisto a enloquecer cuando me tienta el miedo y el dolor, y percibo esa mirada que desenfrenada descansa en el portal de mi paciencia.
Mis pasos se alborotan queriendo escribir su nombre sobre cada huella que voy dibujando en mi andadura, pero no, aún no es tiempo de descifrar el acertijo.
Solamente cuando las palomas emerjan de la nada, me vestiré de danzarina y guardaré dos lágrimas en mi neceser, las dos primeras que broten de mi libertad.

Ahora miro la vida y me pregunto,
¿qué será de mí
cuando suba la marea
en este mar de confusiones?

Desnudando la cobardía, publicada en:
XIII Y XIV CONCURSO LITERARIO DE POESÍA Y RELATO CORTO 2003-2004 “EMILIA PARDO BAZÁN”
EDITA: CENTRO DE LA MUJER “EMILIA PARDO BAZÁN”
DEPÓSITO LEGAL: MU-694-2005
Antología poética y de relato corto, páginas 66, 67, 68, 367 y 368
Premio Narrativa sobre la “Violencia de género” 2006. Cartagena.

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